miércoles, 8 de agosto de 2012


El Aprendizaje Colaborativo: Un ejercicio del Conocimiento Compartido

Es un lugar común en el mundo actual expresar que el hombre de hoy es individualista, egoísta, poco solidario, incapaz de trabajar en equipo y de poca práctica espiritual; quizás se deba, según algunos autores, a que vivimos en la postmodernidad, donde somos muy materialistas, consumistas y omnipotentes. Muchas de estas críticas apuntan hacia la educación tradicional, hacia los esquemas actuales del proceso de enseñanza – aprendizaje que reproduce esquemas donde es de importancia la competencia y el individualismo.
Ante  una educación que reproduce esquemas individuales de aprendizaje, se contrapone el Aprendizaje Colaborativo, como un proceso compartido de conocimiento, donde se desarrollan amplias oportunidades para la tolerancia, el respeto, el pensamiento crítico, la creatividad, la innovación, la autonomía y la autorregulación. A través del aprendizaje colaborativo se refuerza al ser social, es decir, se robustecen los vínculos entre las personas que les permitan desarrollarse en un ambiente social de respeto, de aceptación del otro y de compromiso. Permite que el aula de clase se organice en pequeños grupos o equipos heterogéneos, que potencia el desarrollo individual y grupal y donde todos son importantes.
A pesar de las bondades del Aprendizaje Colaborativo, no siempre se consiguen condiciones para su desarrollo en las aulas de clases, ya que se privilegia el  aprendizaje individual y competitivo; ante estas situaciones el papel del educador es fundamental, ya que debe ser él el promotor, el impulsor, el animador de nuevos esquemas de enseñanza aprendizaje. Una se pregunta: ¿si el Aprendizaje Colaborativo es una alternativa metodológica dinámica y participativa, por qué encuentra resistencia?, quizás la respuesta sea: por un tema de compromiso. El estudiante no se compromete en el acto de aprender y desarrollar sus habilidades personales e interactuar continuamente con sus compañeros de grupo. Pero también pienso que el Docente puede jugar a no impulsar el Aprendizaje Colaborativo, ya que implica trabajar más y mejor con los grupos, apoyarlos para que mejoren su comunicación, superen conflictos, se animen a participar, compartan información, construyan socialmente el conocimiento y se comprometan con su aprendizaje y responsabilidades. Por lo tanto el Docente también tiene que estar comprometido. En mi experiencia personal como Docente Universitaria he tratado de cultivar este tipo de aprendizaje, la mayoría de las materias con las cuales trabajo son de corte humanísticas, aspecto que favorece el trabajo en grupos para el análisis, discusión, realización de documentos y defensas de los contenidos.
Es importante señalar que el Aprendizaje Colaborativo también se desarrolla en ambientes virtuales, es decir, en estrategias de enseñanza aprendizaje a distancia a través de las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación. Estas redes telemáticas facilitan la comunicación sincrónica: chat, videoconferencias, tableros compartidos, entre otros.
El Aprendizaje Colaborativo consta de 5  Principios: la interdependencia positiva, entendida como el éxito de otras personas, además del propio; la interacción estimuladora, que no es más que facilitar el éxito del otro por parte de los propios integrantes del grupo; las habilidades interpersonales y de equipo, consisten en fortalecer el trabajo en grupo, aprender a tomar decisiones, crear climas de confianza, manejar conflictos, aprender a comunicarse; la responsabilidad individual y grupal, donde el trabajo individual es el elemento básico para la construcción del conocimiento y no entra en contradicción con el trabajo grupal; por último, el  procesamiento grupal que no es más que la evaluación grupal de las tareas asignadas.


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